Cómo limpiar el cutis
Aprender cómo limpiar el cutis es fundamental tanto para hombres como para mujeres. Realizar esta práctica con constancia no solo mejora visiblemente la apariencia, sino que también contribuye a mantener una piel radiante, fresca y en óptimas condiciones de salud.
Si deseas dominar una técnica rápida y sencilla para la limpieza facial en casa, te invitamos a seguir los pasos detallados que presentamos a continuación. ¡Empecemos!
7 pasos para limpiar el cutis
La siguiente guía detalla cada fase esencial para una limpieza de cutis casera que sea realmente efectiva.
Respetar esta secuencia te permitirá purificar, tratar y proteger tu piel de manera integral, asegurando que cada acción complemente a la anterior para un resultado óptimo.
1. Limpia en profundidad
Muchas veces se pasa por alto este paso inicial, sin embargo, es crucial para lograr resultados efectivos. Una limpieza minuciosa de la piel antes de aplicar cualquier otro tratamiento es esencial. Para ello, utiliza un jabón o gel limpiador con pH neutro que se ajuste a las necesidades específicas de tu piel sin causar irritación.
Esta limpieza inicial es vital para remover las impurezas acumuladas que podrían disminuir la efectividad de los pasos siguientes. Considera si tu piel es grasa, seca o mixta al seleccionar el limpiador adecuado y prefiere aquellos sin fragancias ni alcohol.
2. Exfolia
La exfoliación es el paso diseñado para eliminar impurezas y células muertas de las capas más profundas de la piel. Su aplicación es sencilla: solo necesitas masajear tu exfoliante facial preferido sobre el rostro con movimientos circulares, suaves y delicados.
Es fundamental elegir un exfoliante acorde a tu tipo de piel. Alternativamente, puedes optar por exfoliantes caseros preparados con ingredientes naturales como azúcar, miel o avena, que son excelentes para una limpieza profunda del cutis. Este proceso también asegura la eliminación de cualquier resto de productos aplicados previamente.
3. Abre los poros con vapor
Aplicar vapor en el rostro tras la exfoliación contribuye a suavizar la dermis y a dilatar los poros. Esto no solo mejora la absorción de los productos que se aplicarán posteriormente, sino que también facilita la extracción de puntos negros, si los hubiera. Para ello:
- Vierte agua caliente (no hirviendo) en un bol de vidrio resistente al calor.
- Si gustas, puedes añadir unas gotas de aceites esenciales al agua.
- Inclina tu rostro sobre el recipiente, manteniendo una distancia prudente, y cúbrete la cabeza con una toalla para atrapar el vapor.
- Permanece así durante unos 10 minutos.
4. Elimina los puntos negros
Después de la sesión de vapor que ha ayudado a abrir los poros, el siguiente paso en tu limpieza facial casera es la extracción de puntos negros. Es crucial prestar atención a la higiene: lava tus manos a conciencia. Si lo prefieres, puedes envolver tus dedos en gasas estériles o discos de algodón limpios.
Evita a toda costa usar las uñas, sin importar cuán limpias creas que están. Tampoco apliques fuerza excesiva sobre un punto negro resistente ni provoques sangrado.
Al finalizar, enjuaga tu rostro con agua tibia y sécalo con una toalla limpia destinada exclusivamente para tu cara, mediante suaves toques.
5. Utiliza un tónico
El tónico desempeña un papel fundamental en la rutina de limpieza facial. Su función principal es retirar cualquier impureza residual de los pasos anteriores y, muy importante, ayudar a cerrar los poros. Esto deja la piel tonificada y mejor preparada para defenderse de agentes externos contaminantes.
Si bien puedes aplicarlo directamente con las yemas de los dedos (asegúrate de que estén muy limpios), lo más recomendable es utilizar un disco de algodón y deslizarlo suavemente por todo el rostro.
6. Aplica el sérum
Dentro de la limpieza facial, la hidratación profunda es clave, y el sérum es un aliado excelente para ello. Estos productos contienen una alta concentración de ingredientes activos que combaten la aparición de arrugas y líneas de expresión, además de fortalecer la barrera cutánea contra la deshidratación.
Sencillamente, tienes que aplicar tu sérum habitual utilizando los dedos limpios o con la ayuda de un rodillo facial. Este paso cobra especial relevancia a partir de los 25 años, edad en la que la producción natural de colágeno tiende a disminuir y la hidratación propia de la piel puede volverse menos eficiente.
7. Hidrata con una crema
Llegamos al último y más reconfortante paso: la hidratación con crema. Este paso sella la humedad, ayuda a mantener el rostro en condiciones óptimas y puede tratar problemas específicos de la piel. Por ello, complementar el sérum con una crema hidratante es fundamental.
Asegúrate de seleccionar una crema adecuada para tu tipo de piel. Recuerda que, por las mañanas, es imprescindible finalizar la rutina aplicando un protector solar.
Conclusión
Dominar cómo limpiar el cutis correctamente en casa es más sencillo de lo que parece y trae consigo notables beneficios para la salud y apariencia de tu piel.
Seguir estos pasos de forma regular, adaptándolos a las necesidades específicas de tu tipo de piel, te permitirá mantener un rostro libre de impurezas, puntos negros y exceso de sebo, luciendo una piel fresca, luminosa y rejuvenecida.
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